

La mañana del 26 de enero, el sociólogo Manuel Iguíñiz ex Vice Ministro de Educación y miembro de la prestigiosa ONG "Foro Educativo" fue entrevistado por una radio limeña. En la entrevista, mostró una nítida inclinación adversa a que el Ministerio de Educación adopte el proyecto OLPC en las escuelas rurales del Perú. Las razones que sostuvo son:
- El precio de las laptops "ha subido"... ya no cuestan $100, sino $180
- Intel se había retirado del proyecto
- El proyecto no era del MIT sino de "una persona" que había trabajado ahí anteriomente
- Los niños usuarios no iban a poder imprimir a color
- El mantenimiento de las laptops iba a ser un problema
- El esquema no era factible fuera del marco de políticas educativas más globalizantes
El experimentado entrevistador, el periodista Alberto Kukin añadió sus comentarios coincidentes:
- En su experiencia, las computadoras no hacen mejores a los que las poseen
- Los niños iban a terminar utilizando la laptop exclusivamente como un aparato para jugar.

Ambos puntos de vista, muestran la inclinación natural de los peruanos ilustrados ante lo que sería la una inversión estatal de 45 millones de dólares por las primeras 250 mil laptops. Normalmente, el temperamento de los peruanos ante inversiones en que los resultados no son inmediatamente tangibles será de desconfianza más o menos resignada, y aun si lo fueran. Esta desconfianza estructural del peruano, tiene raíces históricas sólidas e inobjetables y es parte de la índole nacional. Entonces, si las primeras XO-1 llegaran realmente en febrero, estamos ya en el umbral de una previsible tormenta de opiniones.
La principal de las variables de la discusión será seguramente si el proyecto tiene o no carácter político. Creo que si lo tiene y es natural que un expendio de 45 millones de dólares en educación en El Perú lo sea. 250 mil familias, muchas de las cuales nunca antes tuvieron trato con computadoras verán a sus niños llegar a casa con una laptop de su propiedad, tan de ellos como lo son sus lápices, cuadernos y sus juguetes y que les servirá tanto para el trabajo escolar como para la diversión, la búsqueda de información y comunicación vía internet. Toda una generación de niños en estado de pobreza, integrarán laptop e internet a su aprendizaje cotidiano. Así como nuestra generación aprendió a pensar en compañía del lápiz y del papel, los niños aprenderán a pensar con laptops.

En un país en que se sostiene que se debería gastar 6% del PBI en educación y en el que tanto se ha hablado de reconciliaciones y reparaciones, un proyecto dirigido especialmente a los niños de poblaciones pobres, lejanas y aisladas tiene una significación mayúscula. Aunque muchos clamarán inútilmente "cuerdas separadas" y asepsia política. Habrá quienes intentarán sacar provecho político, y quienes intentarán impedirlo hasta donde su imagen no se vea afectada ante los electores. Esto es lo que deberá ocurrir si las prácticas de nuestros políticos no sufren un cambio sobrenatural.
Surgirán agresivas opiniones más o menos veladas acerca de que los niños de las poblaciones rurales pobres, lejanas y aisladas no están en condiciones de sacar el provecho debido a esas máquinas. Que los niños campesinos no están en capacidad de entender a las computadoras y la internet. Que se correría grave riesgo de que las laptops fueran usadas para la pornografia y para los juegos violentos. Que las laptops en manos de los niños facilitaría y propiciaría el robo y el mercado negro. Que primero hay que preparar a los maestros para que se pueda dar mejor uso a las laptops. Que es irresponsable gastar dineros públicos en un obsequio tan costoso de resultados tan poco previsibles. Con lo que costarían las 250,000 laptops, se podría financiar por un año un aumento de S/. 35 soles para los mestros. Por qué mejor usar ese dinero para implementar mejor las escuelas para que se pueda dar mejor servicio a los niños.

Desde junio de 2007 en Arahuay, un pequeño pueblo de la provincia de Canta, se viene realizando un proyecto piloto en el que las laptops XO-1 están siendo utilizadas por un grupo de 57 niños y 3 maestros. Los resultados del plan piloto en sus primeros 7 meses aun no han sido publicados, salvo un informe muy alentador pero temprano hecho en julio por un miembro de la organización OLPC. No hay experiencias en otras partes del mundo que sean significativamente más antiguas o más extensivas que ésta.
Aunque el proyecto OLPC se sustenta teóricamente en el “aprendizaje construccionista” de Seymour Pappert y Alan Kay y también en los principios enunciados por el mismo Negroponte en su libro “Siendo Digital”, tiene que advertirse que nunca nadie en el mundo ha demostrado extensivamente la validez del proyecto. Ninguna solemnidad ni academicismo asegura el éxito en todo terreno. Es sólo cuestión de probabilidades de éxito. Y sin embargo la idea irremediablemente tiene un aspecto seductor, hermoso y esperanzador.
Blas Pascal, científico, filósofo y místico que murió en
