domingo, marzo 22, 2015

El hombre que solo quería regalar libros (I)




Por Gonzalo Tapia

A mi amigo Oque Zimic, imprescindible
 animador de estos escritos


A la llegada de los años 70, el mundo se preocupaba del futuro con justificada gravedad.
Los soviéticos desplegando sus misiles tras la cortina de hierro, listos para el zarpazo final, y los chinos agitando turbulencias bajo el cielo con su Revolución Cultural, parecían estar ganándole la guerra fría a los Estados Unidos de la era Nixon. Los jóvenes americanos se movilizaban contra la guerra de Vietnam a la vez que producían una música extraordinaria –como sus parientes anglosajones de ultra mar– y exploraban sin descanso todas las puertas posibles de la percepción. Entre tanto, nosotros los americanos del sur, nos aprestábamos a abandonar sumariamente la prehistoria de la humanidad, tratando de seguirle el paso a la adelantada Cuba con nuestra cuota de revoluciones. En Chile, en la Argentina, en el Perú y en todas partes intentá- bamos atolondradamente seguir la consigna guevarista de crear muchos Vietnam.
 De alguna manera sin embargo, el curso de los acontecimientos nos permitía sospechar que el control real del futuro lo tendría el que detentara el poder nuclear y nos abriera el camino –como las carabelas de Colón– hacia la luna y las estrellas. Para la imaginación popular, las computadoras no habían ganado todavía más que un papel modesto: eran apenas herramientas auxiliares pero hiper costosas para científicos... (continuar leyendo o bajar el pdf)